Sin agenda.
Desde un punto indescifrable,
Imperceptible
Perdido y olvidado.
A la vuelta de la esquina
De la zona más aislada,
Oscura y relegada.
El hostil con el sudario,
Va cargando encrucijadas,
Prosaicas, vulgares.
Al borde de precipicios
Oscilando de incertidumbre.
Arropado con dudas y pesares.
Camino a la soledad perenne.
Como ermita en la montaña.
Solo su espíritu persiste
La voluntad anonadada.
Raíces e historias olvidadas.
Despacio fue cargando sus descuidos,
Olvidando soles y medias lunas.
Relegando el tiempo y sus tormentas
Cambio colores por aire turbio
Se vistió a las apuradas
Para caminar más lentamente.
Dejo de peinar sus canas.
Asear sus dedos, acariciar sus piernas.
Al dolor quedo adherido.
Puro y limpio
Castigado.
Sus ojos, ya cansados y abatidos
Solo expresan sombras sin formas
La mirada a tientas, se componía
De dibujos desalineados
Y contornos surrealistas
Sus maculas habían engarzado la penumbra.
Y vivía una perpetua y sombría visión.
Lúgubre en sus rasgos.
Bonachón de pequeñas y justas palabras.
Colmado de errores y pedidos de perdón.
Inclinado por el peso de su espalda
Congojas e incertidumbres.
Arrepentido.
Su corazón, como sus manos.
Curtido y endurecido,
A punto tal de no sangrar
Sin mostrar huellas ni tacto.
Perdido los sentidos y emociones
Nulo en movimientos,
Sin reacción ante las omisiones
Compungido y trastornado
Confundido
En su mundo se persigna y acobarda.
Se refugia.
Solitario sin evocación.
Finge ser, llora a solas.
Gira y levanta su cabeza,
Busca, ríe y se golpea.
Mira más allá,
Serpenteando sus insanas tempestades.
Perforando las lagunas de la omisión
Olvidado
Sus ideas se han fugado.
Divagando entre torbellinos de silencios,
Meditando en cuclillas.
Silencioso a toda vos.
Callado y mudo por los gritos.
Gemidos desparramados sin destino
Con sus puños a moretones
Y las marcas de sus uñas en el aire.
Humillado.
Viaja y vuela sin destino.
En su sueño ya no hay sueños.
Su mente esta vacía y desprovista
Solo el eco de palabras y el retumbe de un amor
Dentro de su cien,
Las paredes tapizadas con imágenes.
Fotos, recuerdos y evocaciones
Revoques de experiencias y nostalgias.
Adheridas con una endeble pegatina.
A punto de desprenderse...
Solo bastaría un soplo para perderlas
Y dejar todo en un absoluto aislamiento y sintonía
Incomunicado
Su paso cansino.
Con sus pies hacia ningún lugar
Sus rodillas enclenques,
Adoloridas y frágiles...
Demasiado tiempo… pasado.
Demasiado espacio por llenar
Demasiado aire para sus pulmones
Débiles, crónicos, aquejados.
Demasiada historia…olvidada.
Demasiado presente inutilizado
Demasiado futuro sin razón.
Casi ha olvidado su nombre.
Su ciudad, sus pasos
No hay presencias
Sin figuras ni apariencias
Vive sin espejos, sin reflejos
Pasa inadvertido, sin ser vivo,
Escondido sin testigos.
Sin fisuras, rasgado.
Despreciado
Solo,
No hay cómplices ni participes
No hay implicados ni culpables
Ni encubridores...
Nadie para que solo aprenda…
Tampoco hay agenda.
Esta sordo para los desaires.
Mudo para diálogos sin sentido.
Ciego, oculto y desvestido.
Una cosa lo sostiene.
El saber que alguien tiene.
La razón de su desdicha
Y no ignorar que el castigo a su condena
Tiene un fin a toda su pena.
Beto-Diaz.-
07/05/2010
